3 de junio de 2008

La despedida

Personas van, personas vienen. Se acaba la primera canción, inevitablemente viene la segunda. El mariachi no para de tocar hasta que su hora pagada termine. Todo lo que sube, tiene que bajar.

Verdades inevitables, moldeables a la situación, son las que marcan la existencia de las personas. El poder alejarte de una persona, ser capaz de decir adiós en vez de un hasta luego. Cerati dice: "poder decir adiós es crecer", la vida dice: no poder decir adiós crece los egos, aumenta el dolor y continua la mentira.

Te retiras lentamente de ese lugar en el que te citaron, solamente para encontrarte con que el hecho de que te hayas despedido no va a separararte por completo de ella. Constantemente buscas y encuentras razones para buscarle, para seguir hablando de ella, para amarla. Pretextos son, pretextos serán, en una disque razón se quedará. La peor manera de esconderte es pretender que todo está bien, sobre todo cuando tienes los elementos para hacer que todo realmente se encuentre bien. El cuentista que reside en tu cabeza no para de hablar, sencillamente porque te hace sentir bien, no te hace estar bien.

Cuentista implacable, eso es lo que hace la conciencia. La rutina hace sombra a las pupilas que se cierran a los disfrutes que nos quedan: encerrarte en lo de diario, en lo clásico. Cómoda posición, cobarde hacia la vida. Los cambios constantes son los que hacen que el mañana sea emocionante y el ayer sea atesorado. La vida da vueltas, y da muchas sorpresas: un adiós es uno de ellas.

3 comentarios:

Carolina Álvarez dijo...

Octavio, gracias por tu visita a mi inauguración.

Sabes, entiendo perfecto lo que quieres decir con "la despedida", precisamente me sucede algo por el estilo y sé que aunque digas adiós, jamás habrá una separación por completo.

Siempre hay un vínculo importante cuando la persona significo tanto en tu vida. No sé que decirte como posible solución o consejo, ni yo misma he encontrado uno :p.

Saludos.

Quinientos_uno dijo...

La vida son las vueltas, las sorpresas. ¿Qué es lo que cambia? ¿Tú? ¿Tu vida? ¿Tu historia? ¿Tu destino? Nada permanece en el tráfago de tu existencia. El adiós y el recuerdo también morirán. Moriran tus manos y tus ojos, tu hígado y tu lengua. ¿Que queda? ¿el cuento? ése se callará un buen día, y dejará de entretenerte. Eso ya lo sabes. Allí no te refugies.

Pon tu casa en tu palabra y en tu espíritu.

Nadie se va, porque no hay nadie.

·A· dijo...

Acomódate la corbata gris que vas a salir al mundo y si notan que tienes luz te devorarán.

Fingir es fácil, lo difícil es no mirar.

Saludos mi estimado